Escribo, y algo sorbe mi sangre,
algo consciente que ante
la hoja blanca uno está mudando
de piel, vulnerable…
No dudo que hay algo
de tales características en este pueblo,
algo que también el otro día me dejó
desconcertado en el mercado:
un niño de meses dirigiéndose a mí
sacó su lengua, larga, bífida,
con una costra de blanco sarro inquietante.
un sordomudo
cinturón negro 5ºDan!
que viene a cobrarme
mis ofensas de infancia
y desea una oportunidad para impartirme
una clase magistral
de oratoria en su estilo.
la verdadera ofensa viene de las palabras,
él no tiene poder sobre mí.
***
©"El malquerido", Frank Ruffino, Náralit, junio 2010.
*Imagen de este servidor. No se asusten, no soy pandillero. Solo bromeaba con mi hijo mayor hace unos años y le hizo tanta gracia que dejó plasmado ese momento.