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jueves, 26 de abril de 2012

© En alabanza de la Curiosidad




a la camarada Ruth Retana

LA curiosidad guió estos pies,
se dio a leer las migajas en el bosque
hacia la gruta de la bruja
que por poco me devora
y aún nadie logra
deshacer el hechizo;
hizo la curiosidad que transitara
por alcobas de princesas
guardadas con celo por sus ogros,
casi eyecta un ojo de este rostro
jugando a ser indio navajo,
me condujo una noche
a paraje de asesinos
y les acuchillé con la ternura;
traspasó este brazo
la estrecha reja
de un feroz lobo
que al ver mi niño ebrio
gimió conmigo,
y después nadie lo podía creer.

La curiosidad salva mi pellejo
desde siempre,
en madrugada ella descorre
las cortinas de casa,
observa al difunto de la caja
esperando abra algo poco de sus ojos,
lanza imágenes en el vacío
de la noche en pos de extraños seres.

La curiosidad me tiene en ascuas,
repasa siempre con emoción bronca
los ojos de la hembra
hasta desnudar su mirada,
desciende en la noche
hacia otra noche
donde habita el enemigo
y ser supremo
de este mundo;
se ha asomado a las fauces hirvientes
de la montaña
y por momentos añora
geografías de hielo.

Hay que darle siempre
las gracias a la curiosidad
por hijos y poemas,
por amigos y enemigos,
por esa lejana mujer de la noche
allá en el sur,
por da Vinci y Rimbaud,
por la nueva América
y las huellas en la Luna,
por otorgar a los piratas
el poder de los tesoros
que aún seguimos buscando.

 Frank Ruffino, "Náralit”, 25 de abril de 2012

miércoles, 25 de abril de 2012

© Calle ciega




No lograste, Harry,
el escape final:
de su largo saco
no te libraste,
de sus terribles ojos
no te ocultaste;
ni de sus invictas manos
desasirte.

De nada te valió
mostrar al mundo
el fácil pez de tu cuerpo,
de nada, Harry Houdini,
tanta lucha por remontar
la soga y el hierro,
la madera, la tierra, el fuego…

Por eso ya nadie aplaude
tu último intento
y un rumor de voces inconformes
desde siempre rodean tu tumba
como cuando todos esperan
ansiosos un numerito prometido
y que no termina de salir.

Desde ti, Harry, algo me habla
que no debo atesorar
la gran ilusión de volver;
que Lázaro, aún así, nunca pidió
lo trajeran de vuelta,
y que de seguro ningún
centurión amigo
rogará cuando lleven
mi humilde caja
hacia el vertedero,
porque tampoco
habrá un mesías
con su numerito
a la orilla del camino.

****

© “Calle ciega” (Reedición 2), "Náralit", aparecido y escrito el 26 de marzo de 2011.

jueves, 19 de abril de 2012

© Limbo de los amorosos





a Zingonia Zingone




Silencio raro sin grillos
en su propio reino,
ni el viento altera
las albas cortinas de mi habitación
pero tan siquiera produce chasquidos
este viento, nada logra imponerse
si de decibeles se trata
(solo algo estático
y eléctrico en el aire acumulándose,
algo que inexorablemente deberá
estallar a un misterioso
roce de dos átomos…).

Ni tu recuerdo,
antes orquestal y pasional,
produce el más leve violín
en la negra puerta de mi alma,
nada de la sinfonía suprema,
aunque persista la ilusión
y el amor todavía intacto por tus ojos.

Así se añora el golpe
de los súbitos campanazos,
el alegre y salvaje
uipipiaaaaaaaa guanacasteco,
tambores de guerra hasta se extrañan:
que vengan mis enemigos ruidosos
a fastidiarme la tarde!

Sin ninguna duda
es el día glorioso de los sordos,
tres o cuatro en este pueblo.

El tiempo detenido e inmerso
y todos haciendo de peces
apenas ondulantes y balbucientes
en sus presidios del vidrio,
y por más señas que hago
a los de afuera
nadie prodiga ni un ay,
se ha ido el silbar flamenco
de mi padre,
gelatinosos y grandes ojos de niños
se pegan como ventosas
en las paredes diáfanas de mi celda
mas solo saben abrir y cerrar
sus párpados extasiados
en el más redondo silencio.

Algo hechiza el ambiente,
un espíritu que abomina el ruido
seguro ha tomado por asalto
a gentes y cosas,
y, aunque hubo sepelio,
nadie logró determinar
su partida al camposanto,
y el muerto de todos modos
(porque aseguran los masoquistas
que por unas horas los difuntos
siguen escuchando al mundo)
se ha ahorrado el bullicio
de los patéticos fanáticos de la Muerte
sin chistar ni hacer su maldito papelón.

Solo sé que el avión surca el cielo,
me lo dice el arco de su blanca huella;
solo sé que desde siempre tú me llamas
del otro lado oceánico
allá en tu primaveral pueblo andaluz.


Los carros logran pasar frente a casa,
y, a pesar de mi pasmosa confusión
por tanta quietud exuberante,
es una delicia no verme sobresaltado
por las espantosas montañeras
a todo gas (sus pilotos van tristes
por no poder alterar
el orden de la tarde).

Inmerso hoy en esta dictadura
del silencio más absurdo,
me resta cerrar los ojos,
fenecer.

***

© “Limbo de los amorosos”. Frank Ruffino, reedición 2. Escrito y publicado, "Náralit", 06 de abril de 2011

sábado, 14 de abril de 2012

© No acalles mi reír



a A.S.G.


No acalles mi reír
hombre más común, 
semilla idéntica
en la troj de centeno:
llama a tu dios
quien duerme veinte siglos
y ha abandonado cruelmente 
a sus hijos,
ese ser no es nada,
ese ser es patético y nunca existió.

Yo conozco mejores cosas
que la idea de dios:
estas manos y pies,
y esta mente y espíritu
son en mucho 
más dignos de alabanza
que esos superhéroes
combativos y siniestros
moldeados en la imaginación
del barro humano.

Un ángel de agudo pico
aplaude mis razones,
un tigre que blande 
sus diez cuchillos
en el aire y ruge
también celebra mis razones
y se priva de su cena;
el perro del vecino malo
dio más fidelidad, 
cuido y bien que Alá;
más amor proveía 
esa mujer pequeñita
a mi lado que partió 
al extranjero y no volvió;
y esa amiga 
del norte de España
fue en un día mejor 
que esta familia
de toda la vida
y que aún no sabe nada mí:
nada de este hijo,
nada de este hermano,
nada de este padre, tío…

Así, sé cómo, cuándo, 
dónde y por qué
surgió la farsa 
que domina al mundo.

Si vas tras el consuelo
aplaude y atiende mis razones
sin este raro y peligroso 
don de pensar,
como lo ha hecho el tigre,
el perro, el ángel 
de agudo pico,
una amiga desconocida
de mi país lejano;
la diminuta mujer 
que partió y no regresó.

Náralit, 14 de abril de 2012 

Del texto inédito © "Largo epitafio” (Poemas y Antipoemas).

domingo, 8 de abril de 2012

©"Poemas conteniéndose" -Reedición Nº2-




Me daré grandes vacaciones
de no coger la pluma por varios meses. 
Estaré, eso sí, abierto,
nutriendo cada célula de mi cuerpo,
cada centímetro cúbico de mi pellejo
absorberá del ambiente miradas,
sustancias, gritos o susurros,
palabras amorosas,
desconcertantes aullidos de borrachos
en los bancos contiguos,
todas las noticias y mentiras criminales,
lágrimas de cocodrilo
y legítimas lágrimas de elefanta,
lo único que acepto de la religión:
estas sonorosas campanas de domingo;
ruegos de una puta
ofreciéndome sus servicios,
y una vez en la habitación
en vez de echarle un sermón
por su vida así, le hablaré de multiversos,
agujeros más negros
que su habitual lugar de trabajo
y que sí se tragan todo: clientes, putas
y madames, cardenales y barrenderos,
pastores y la legión de diablos dentro de sí,
padres y traidores de la patria,
abuelos, madres, hermanos, 
tíos y primos, amigos, planetas, 
estrellas, asteroides y cometas… 

Es el tiempo de sembrar,
lo demás déjenlo a la imaginación…

***

©"Poemas conteniéndose", Frank Ruffino, Náralit (Poemas y Antipoemas). 08 de abril de 2012 (Primera edición edición de este texto: julio de 2010). 

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