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sábado, 30 de junio de 2012

© Ora y cuándo. Ora y qué es…




Estas vicisitudes me las trae el veranillo de San Juan

ORA y cuándo. Ora y qué es,
ora y cómo, ora y dónde,
ora con quién…

Y esta indigencia de clara
verdad en las palabras,
cabizbajo en la noche de Náralit
donde mi alma yace
como el ancla de un viejo barco olvidado.

Pobre Caín, pobre Barrabás, pobre Judas,
pobre de mí arrodillado ante la miseria!

Extinta luz,
reino del agua,
y el incienso del vecino
busca combatir contra el creciente
tufo de la muerte,
mas odio este aroma a sagrado,
prefiero el genuino y sincero
olor a perdición.
(Abro la botella de agua maldita y bebo).

La tormenta no escatima
y viene la montaña bajando…
-Seguro se apaga la luz
-cavila un rico-;
pero allá abajo,
en el caserío junto al río,
se le apagará la vida
a por lo menos cincuenta almas
cuando llegue la montaña.

(Ora dormito y sueño
con unos tristes niños trémulos
asando malvaviscos al lado del camino,
y más allá, veo a unos 
nobles viejos pétreos
masticando torpemente 
maní garapiñado;
percibo otras voces entre 
los vestigios del templo
que disertan sobre chocolates y café
-todo ahora es un halagüeño recuerdo-,
de cuando había películas
y los seres hasta por el aire
iban pagando su boleto).

Y no me quejo por peligrar la luz,
ni por la montaña de Damocles,
ni me remuerde o espeluzna
el mal sueño-escena post fin del mundo,
menos por ese vecino obnubilado
echándole sus cuitas
a un ser tullido y sordo
sin un ápice de supremacía,
solo me quejo y pido se acabe
lo EXCLUSIVO dado
en este mundo a unos pocos.

Ora y cuándo. Ora y qué es,
ora y cómo, ora y dónde,
ora con quién…

Y esta indigencia de clara
verdad en las palabras,
cabizbajo en la noche de Náralit
donde mi alma yace
como el ancla de un viejo barco olvidado.

Náralit, 28 de junio de 2012. 

Del texto inédito “Largo epitafio” (Poemas y Antipoemas).

sábado, 23 de junio de 2012

© Sin cara en qué persignarse




Sucesión de duros filos
y se intenta el bien
sin obtener nada.

Unos por la vida sin padre
mas tienen grande madre
o algo bueno.

Y aquí dios no se acuerda
de los perdedores
aunque los ganadores
todas las noches
juegan con el ser
de la oscuridad,
ganador innato,
pero tampoco
él recuerda bien
cuantas partidas
ha dejado de ganar.

Sucesión de duros filos
y se intenta el bien
sin obtener nada.

***

Náralit, viernes 22 de junio de 2012. Del texto inédito “Náralit” (Poemas y Antipoemas).

domingo, 17 de junio de 2012

© Reinvención



a Guillermo D. Trejos

POR la vida actuar de otro 

sin avergonzarse,
uno puede ir lo mismo por algún astro
si deseamos perspectiva;
establecer una cita cada noche
con el espíritu de nuestra preferencia,
soplar el ansia en la lejanía
y disiparla en los cerros sin nombre,
en anónimos árboles humildes
y más ciertos que los dioses.

Y pueden los ojos ejercitarse
en el abismo para adquirir profundidad,
y las manos en la mar
si de palpar criaturas se trata,
uno puede ser dios
si se concentra lo suficiente
y fungir de árbol, guardar
la quietud pertinente.

Es dable existir entre el número uno y dos
con tanta comodidad 

que echaríamos a pastar
nuestra legión de seres abominables
descansando el alma por las tardes,
y colgar un sol siempre de primavera,
y pintar apacible riachuelo 

para nuestro solaz,
y en la casa una mujer
con ocho manos como mínimo.

Uno de veras que puede muchas cosas
si se desprende de hábitos y credos,
de libros y de fórmulas,
de espejos y consignas.


“Náralit”, madrugada del domingo 17 de junio de 2012.

viernes, 8 de junio de 2012

© Hora de acalladas voces distintas




Cifrado murmullo astrolabio,
batir de pupilas boreales,
peregrino del abierto cielo
de este lugar en ruinas.

¿Quién te ve a esas horas
con hirientes ojos
junto al ángel,
el gran diablo blanco
al filo de tu alma
sorprendido del abismo?
¿quién te ve custodiado 
por seres amarillos
y de fiero y celoso mirar?
¿y quién con cuervo 
en cada mano taladrando 
la inmensidad sin nombre?

A menos que claree la luna
o te sorprenda el día
y deshaga tu séquito en círculo,
nadie verá el reposado
aire nocturno que te acoge,
príncipe tú de la niebla en su centro.

La hora de los ciertos,
de acalladas voces distintas;
la señal desde siempre
para pactar con el secreto
lenguaje del viento,
y con la ambigua luz
de astros fantasmales!

Es la hora sin mácula
para los espíritus 
de quieto silencio
que arriban al pueblo
y lo traspasan lentamente.

“Náralit”, viernes ocho de junio de 2012. 
(Poemas y Antipoemas).

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