a Jessimav
ELLA se va y 15 días después
y 30 días después y mucho tiempo
después de su partida definitiva
sus cabellos hasta echan pequeñas zancadillas,
en la sopa aparecen
y en un pescado que los mira, asombrado,
entre sus ojos,
y en mi celda compiten
con mis habituales telarañas mustias,
en la almohada duermen largos sueños rencorosos,
en la bañera con gracia de serpientes
nadan placenteramente estilo mariposa,
en mis sueños crecen en calvas cabezas
de rostros pétreos y fingidos,
un cabello enamorado donde guardo
mi celebrada arma de caza,
sus cabellos en mi clóset
poblando mis complejos de eremita,
sus cabellos en la alacena
como cualquier ingrediente necesario,
en los queridos objetos de familia,
en la bolsa de chorrear el café,
en el vetusto candelabro de plata
bailando con cinco llamas
en esta noche hórrida,
sobrevivientes siempre del maremoto de la lavadora
y luego como ufanos prendedores en mis camisas,
mirando con envidia en el cofre de las joyas,
sobre la foto del muerto
aumentando más el dolor de una nostálgica anciana,
en vilo del techo como anguilas tristes
sus cabellos, entre las amarillas hojas
de los libros que ya nadie lee en esta casa
porque todos partieron hace mucho…
La que limpia se queja y habla de brujería:
destapa el azucarero y dice:
“Ve, es brujería, usted está embrujado,
necesita limpia urgente, esto es serio!”…
mientras tanto yo, que la escucho
como si la cosa no fuera conmigo,
me columpio con cara de escepticismo
profundo y profano, en un largo,
negro cabello de ella.
***
“Náralit”, escrito esta madrugada de miércoles 17 de octubre de 2012 e incluido en el poemario inédito en proceso © “Hombre adjunto”.
También este texto en mi Facebook: "Frank Ruffino García”:
http://www.facebook.com/frank.ruffinogarcia
en la sopa aparecen
y en un pescado que los mira, asombrado,
entre sus ojos,
y en mi celda compiten
con mis habituales telarañas mustias,
en la almohada duermen largos sueños rencorosos,
en la bañera con gracia de serpientes
nadan placenteramente estilo mariposa,
en mis sueños crecen en calvas cabezas
de rostros pétreos y fingidos,
un cabello enamorado donde guardo
mi celebrada arma de caza,
sus cabellos en mi clóset
poblando mis complejos de eremita,
sus cabellos en la alacena
como cualquier ingrediente necesario,
en los queridos objetos de familia,
en la bolsa de chorrear el café,
en el vetusto candelabro de plata
bailando con cinco llamas
en esta noche hórrida,
sobrevivientes siempre del maremoto de la lavadora
y luego como ufanos prendedores en mis camisas,
mirando con envidia en el cofre de las joyas,
sobre la foto del muerto
aumentando más el dolor de una nostálgica anciana,
en vilo del techo como anguilas tristes
sus cabellos, entre las amarillas hojas
de los libros que ya nadie lee en esta casa
porque todos partieron hace mucho…
La que limpia se queja y habla de brujería:
destapa el azucarero y dice:
“Ve, es brujería, usted está embrujado,
necesita limpia urgente, esto es serio!”…
mientras tanto yo, que la escucho
como si la cosa no fuera conmigo,
me columpio con cara de escepticismo
profundo y profano, en un largo,
negro cabello de ella.
***
“Náralit”, escrito esta madrugada de miércoles 17 de octubre de 2012 e incluido en el poemario inédito en proceso © “Hombre adjunto”.
También este texto en mi Facebook: "Frank Ruffino García”:
http://www.facebook.com/frank.ruffinogarcia