EL pasado viernes, bajo una pertinaz lluvia vespertina, presuroso acudí a la Editorial Librería Alma Mater. Su editor, el amigo poeta, historiador y geógrafo, Guillermo Carvajal Alvarado, me indicó estaba listo otro libro de poemas de Frank Ruffino, tras siete años de no publicar yo en papel. Gracias a la generosidad de él y su casa editora, “Hombre adjunto” vio la luz: 62 poemas, 126 páginas; presentación del autor seguida del prólogo del narrador y poeta costarricense, Magón, Alfonso Chase; pero antes, antes de las hojas blancas torturadas por la tinta, el maestro pintor Otto Apuy presenta esta obra (portada) con una composición gráfica: “Acción en vivo en Playa Dominical, imagen del audiovisual ‘Viaje al origen’, 1982”.
“Fiat lux”, …hágase siempre la luz con el más grande invento de la humanidad, EL LIBRO que es magia pura: práctico, sencillo, revelador, misterioso… Ningún invento moderno en esta era de las tecnologías en comunicación desbancará JAMÁS a este maravilloso “artefacto” para depositar ahí lo más grande de nuestra especie: el arte, la ciencia y la cultura humanas. En casos calificados, muchos, como el mismo escritor Alexánder Obando, pueden seguir los derroteros paralelos al libro, esto por su cuasi ceguera, así el “libro” presentado en formato digital para ellos viene a ser una especie de pequeño milagro... El gran milagro es y seguirá siendo su majestad El Libro REAL.
El Libro, no el de este humilde siervo de la poesía, sino por su significado, por poder también verter sentimientos, pensamientos escritos en páginas blancas, el interior de la “casa”, que se abre por una bella puerta de cartulina dura (Portada) y se cierra, después de un excitante recorrido, por otra (Contraportada) que nos permite siempre la libertad: salir, volar… hacia otras fronteras de la literatura llevándonos lo mejor de cada autor; de tal guisa éstos, mis poemas escritos en la estadía en “Náralit” (Tilarán, mi pueblo), principalmente de los últimos tres años.
A continuación, de estos textos les presento cuatro inéditos. Algunos poemas míos en este “Hombre adjunto” ya son conocidos, pero solo reunidos en El Libro, dimensionan al poeta y al hombre, se combinan para decir, manifestar algo en su conjunto y afectar al lector del presente inmerso en esta paradójica época.
“Hombre adjunto” puede conseguirse desde ya en Editorial Alma Mater: San José, barrio La Soledad, Calle 13, Avenida 14, Casa 1188 (Edificio azul esquinero, frente a la línea del tren). Y en los próximos días en Librería Unirversal y Lehmann. Para los amigos fuera de Costa Rica, Amazon.com tendrá a cargo la distribución del libro, también en los siguientes días. También a fin de mes en la librería "Aky" de Marcela Jenkins, en Tilarán. El precio de la obra: 4000 colones. Sobre su presentación muy posible será antes de que finalice este mes.
Esta publicación es generosa en dedicatorias (22 en total), así antes de las líneas poéticas encontrarán nombres como el de Alfonso Chase, Otto Apuy, Guillermo Fernández, Alexánder Obando Bolaños, Jessica Varela, Humberto Garza Cañamar (poeta estadounidense de origen mexicano), la coreógrafa y bailarina española Mercedes Ridocci, Alberto Fonseca, a Eitel Alberto Valerio Lopez, Guillermo Carvajal Alvarado, Wílliam Venegas La Huella Del Ojo, Enrique Tovar, a Dorelia Barahona..., entre otros amigos, conocidos de aquí y de allá.
IMAGEN: con la esperanza de todo autor para que su libro tenga un "efecto dominó" en los lectores, sobre mi mesa, he colocado mis "piezas" esperando también sean como el pan mañanero en muchos hogares costarricenses y extranjeros.
(I)
ONTOLÓGICA
a Teresita Ati Madrigal
MIRA mi núcleo periférico,
no es como el de otros hombres
en su centro…
Es un asunto desacertado lo de mi vida:
su sombra va en el centro,
el cuerpo a los lados
siempre un paso por delante;
mirada en los bordes,
nunca en el centro,
nada en su blanco.
Mira mi núcleo periférico
carente de una candela,
de voz,
de tierra
y agua…
Mi núcleo es la frontera
entre tus dedos
y lo que tocas,
es tu intención, anhelo,
ilusión de asir por su centro
los hombres y las cosas.
Estoy fuera de tus besos,
en tu sexo me quedo en los murmullos,
en la convulsión cercana a los cuerpos…
Soy el presagio
de tus hechos que aún no nacen,
la tormenta de tu paz ansiada,
y la calma sosegada.
Mira mi núcleo con recelo,
con el rabo del ojo,
de lado, a través,
por arriba y por debajo
pero míralo,
ponte al margen de mi vida
y verás sin distorsiones
el corazón del hombre.
(II)
RAZONES DE PESO
ESTA no es la mansa lluvia inglesa,
son cataratas por metro cuadrado,
este no es un muslo decente para la cena,
no hay nada de pan
ni nada para beber,
esto no es un simple recibo de luz,
es la esclavitud
como construir pirámides a tiempo completo.
(Un día libre del yugo no es libertad).
Libre de vos buscando me olvides
y te hagas de la reverenda idea
de que ninguna de vosotras
estará plena junto a un pirata,
amo mi barco, no a vos:
entre él y este amor estático y sin brillo
me excita más el misterio de una isla.
Todo pesa hoy:
este aguacero primitivo y asesino,
la alianza mortal de los recibos y los pagos,
ir de esclavo a por el pan
y alguna vitamina de beber.
En cambio, los vagabundos
no cancelan servicios,
ni los impuestos,
ni seguro social;
y si llueve mucho
estarán gratis, sin paraguas,
bajo el alero de algún comercio
disfrutando de la lluvia
sin correr a una casa hipotecada.
(III)
ÚLTIMO CAPRICHO
a Antonia Sánchez G.
ANHELO a veces
venga un rostro rotundo
a lamer este hastío,
a desempolvar el joven
dormido de aquí dentro,
y se sume la luz
a esta sombra,
vacío cuenco
de ilusiones tan roídas
por los miserables
ratoncillos que alberga
un minuto.
Anhelo a veces
ascender de este polvo
y agregarme
a lo bueno y terso
de allá afuera,
echarme con vos
en una playa cualquiera
frotándonos los cuerpos
hasta sacarnos cicatrices.
Anhelo a veces
salir de este zoo
donde torné
por ser indomable,
y ahora solo ríen
contemplando
mi desvencijada estampa
de recuerdo de león,
recibiendo migajas
como la gran cosa,
y deseo hincar, asir
todo lo mío
con la furia bestial
exhibida un día
y que ignoraba.
Anhelo a veces
echarme a dormir
contigo,
lejos de esta celda,
sobre la ardiente arena,
y si podemos
nos quedamos dormidos.
(IV)
HOMBRE ADJUNTO
ESCRIBIRÉ mi primera novela
cuando haya muerto.
En la completa calma de esta noche
vendrá a mi tumba
una dama de negro
y le dictaré las palabras,
páginas, largos capítulos de mi ser…
Con mi garganta mullida
y difunta le tejeré
una historia y otra y, ella,
la que nos acompaña,
traducirá el silencio
que me ha otorgado,
la humanidad fría de esta celda,
el aún ronquido vivo
de esta legión de seres,
la oscuridad sin nombre
de mi encierro,
esta perpetua calma de huesos anclados
como un viejo barco olvidado,
la intacta mirada de un hombre
hacia su última noche,
el desasosiego de no ser...
Cuando haya escrito
lo que tengo que decir,
como una novia desencantada
La Muerte me dejará solo
para siempre,
volverá al mundo
y hablará de mi primera y final novela,
sin título, sin palabras,
tal vez nada
excepto todo de ella misma.
****
Siempre, y más en los momentos decisivos, recordando a mi amiga Chavela Vargas, les dejo algo (mucho) de ella, existente hoy más que nunca en el "mundo raro" de mis poemas:
http://www.youtube.com/watch?v=fIa8iB06o2M