Silencio raro sin grillos
en su propio reino,
ni el viento altera
las albas cortinas de mi habitación
pero tan siquiera produce chasquidos
este viento, nada logra imponerse
si de decibeles se trata
(solo algo estático
y eléctrico en el aire acumulándose,
algo que inexorablemente deberá
estallar a un misterioso
roce de dos átomos…).
roce de dos átomos…).
Ni tu recuerdo,
antes orquestal y pasional,
produce el más leve violín
en la negra puerta de mi alma,
nada de la sinfonía suprema,
aunque persista la ilusión
y el amor todavía intacto por tus ojos.
Así se añora el golpe
de los súbitos campanazos,
el alegre y salvaje
huipipiaaaaaaaa guanacasteco,
tambores de guerra hasta se extrañan:
que vengan mis enemigos ruidosos
a fastidiarme la tarde!
Sin ninguna duda
es el día glorioso de los sordos,
tres o cuatro en este pueblo.
El tiempo detenido e inmerso
y todos haciendo de peces
apenas ondulantes y balbucientes
en sus presidios del vidrio,
y por más señas que hago
a los de afuera
a los de afuera
nadie prodiga ni un ay,
se ha ido el silbar flamenco
de mi padre,
de mi padre,
gelatinosos y grandes ojos de niños
se pegan como ventosas
en las paredes diáfanas de mi celda
mas solo saben abrir y cerrar
sus párpados extasiados
en el más redondo silencio.
Algo hechiza el ambiente,
un espíritu que abomina el ruido
seguro ha tomado por asalto
a gentes y cosas,
y, aunque hubo sepelio,
nadie logró determinar
su partida al camposanto,
y el muerto de todos modos
(porque aseguran los masoquistas
que por unas horas los difuntos
siguen escuchando al mundo)
se ha ahorrado el bullicio
de los patéticos fanáticos de la Muerte
sin chistar ni hacer su maldito papelón.
Solo sé que el avión surca el cielo,
me lo dice el arco de su blanca huella;
solo sé que desde siempre tú me llamas
del otro lado oceánico
allá en tu primaveral pueblo andaluz.
Los carros logran pasar frente a casa,
y, a pesar de mi pasmosa confusión
por tanta quietud exuberante,
es una delicia no verme sobresaltado
por las espantosas montañeras
a todo gas (sus pilotos van tristes
por no poder alterar
a todo gas (sus pilotos van tristes
por no poder alterar
el orden de la tarde).
Inmerso hoy en esta dictadura
del silencio más absurdo,
me resta cerrar los ojos,
fenecer.
***
© “Limbo de los amorosos”, inédito, Náralit, 06 de abril de 2011.
Imagen: esta foto me la acaba de hacer con mi camarilla, tanto tedio tenía por este silencio que pensé pegarle un escopetazo al mismísimo silencio (bromas, sirva un poco el humor negro que me sobra).
17 comentarios:
Querido Caballo...hoy no Desbocado, hoy Quieto:
Hoy escuchas el silencio y hiere pero tú eres guerrero y nada te hiere a muerte.
Parece que sólo ves la estela del avión y pareciera que hayan abducido a todos...
No dejes de sentir que otra sinfonía aparecerá en ese silencio creador de tu alma..los violines sonarán y el piano sonará brillante..nada sucede por nada..toda crisis renueva los cimientos ..todo cambio engendra algo más bien construído..acaso con ladrillos nuevos..acaso con piedras conocidas y renovadas.
Pase lo que pase, siempre te siento como un poeta maravilloso y genial..capaz de las mayores locuras..locuras creativas que a mi siempre me dejan embobada.Y como un gran amigo.
Un beso , estimado Frank.
Estimadísima Antoniatenea amiga:
Un gran lujo tenerte como la primera opinante de esta entrada, de este texto fresquito que apenas escribí ayer. Le hice ahorita unos pequeños cambios por si deseas leerlo de nuevo, (me devolví al cibercafé y me encuentro con vos, todo un gusto!).
Tu profunda opinión y conocimiento de este cuasi extraño para ti me asombran!
Abrazos,
Frank.
Ah, no, Frank, al silencio me lo dejas tranquilo ^^
Espero que el día que me evapore de este mundo no sea verdad eso de seguir escuchándolo por unas horas. Y si no hay más remedio (te imaginas???) pues espero al menos pegarme a alguien interesante al menos, que tenga buena conversación, vaya.
Por lo demás, es un poema cargado de todo. Un mundo, el tuyo.
Besitos
Que no sean los párpados
las cárceles de los ojos,
que nos dejen ver
el corazón de los hombres
aunque permanezcan
en el silencio cerrados,
que sean nuestras ventanas
hasta que falte la vida.
Besos
como dije alguna vez, y sigo sosteniendo: no serè poetiza, ni crìtica experta en la poesia, pero estos versos me transportaron a ese silencio que odiè... si, lo odiè. a veces lo odio, a veces lo amo.
pd. foto ruda! jaja
saludos, y feliz weekend
Hola Frank, hacía tiempo que no te comentaba aunque te sigo leyendo.
La soledad nos pone melancólicos, es inevitable, somos gregarios. Estoy releyendo a Cioran, que decía: "Cuanto más nos tratamos con la gente, más se oscurecen nuestros pensamientos; y cuando, para aclararlos, volvemos a nuestra soledad, encontramos en ella la sombra que ellos han proyectado"
Y es que no tenemos remedio, necesitamos de los demás. Pero la tristeza es creativa, otra cita de Cioran: "En un mundo sin melancolía los ruiseñores se pondrían a eructar"
Hoy como ayer, no se mañana…
Las lenguas de los visitantes
Lamen mares para saciar su frustración..
Relatan para ganar honores crisálidas de otros
O encapsulan su propio apetito maldiciendo
El hambre del otro.
No se qué cosa extraña sucede tras las montañas
Quizás sea estela de naves nuevas,
O tribu de monos aulladores.
O quizás sea un llamado silencioso.
Frank, besos y amor
Estimada Ananda:
Esos son nada más decires, como decía mi amigo extinto, el poeta Jorge Charpentier: "son decires: mitad verdad, mitad mentira". Más creo fervientemente que el muerto, muerto está. Es lógico: se vuelve uno como un trozo de algo, piedra, etc. Pero si fuera todo lo contrario, pues no está mal tener a un buen tertuliano a nuestro lado, mientras nos embalan y echan en la oscuridad. Jajaja! Debe ser terrible eso! Seguro el sueño de todo masoquista para capitular con esta vida más de sufrimientos que de otra cosa.
Abrazos,
Frank.
Amiga Marisa:
Gracias por tus profundos versos,
Abrazos,
Frank.
Estimada SaRax:
Pues así somos los humanos: a veces nos odiamos hasta a nosotros mismos, esto por alguna incapacidad monetaria, enfermedad, etc.
Abrazos,
Frank.
Estimadísimo pintor y amigo Manuel Adlert:
Un gusto siempre recibirte por aquí. Y esas citas de Cioran están en toda regla: apegadas a la realidad humana, profundo conocimiento del hombre, animalitos de jauría (por lo salvajes), aunque no seamos lobos. Ni modo!
Abrazos,
Frank.
Estimadísima Carmen:
Gracias por tus amenos versos.
Imagina: aquí, a cien metros de mi casa cuelgan en la foresta los monos aulladores, que llamamos en Costa Rica "congos" (usan la cola como otra extremidad, son muy graciosos: si uno camina bajo los árboles que los contienen se cagan y más de una vez, de pequeño, recibí en el cogote sus precisas mierdas. Jajajaja! Es lo menos que pueden hacer con estos otros monos alfa, tan destructores y plaga para este planeta!).
Abrazos,
Frank.
Amiga Silvia:
Que sean besotes: "unos besillos" es muy despectivo! Pero bueno: es mejor unos besillos que otra cosa...
Abrazos,
Frank.
Estimado Frank: muy buen poema, meláncólico y silencioso, hermoso en su mudez y en sus ecos, me ha gustado mucho.
Un abrazo fraterno
Si te duele ese silencio es porque disfrutas mucho de la vida.
Yo me encuentro mejor en el silencio.
En él nadie me molesta.
Saludos.
Estimadísimo Poeta Cristian Marcelo:
Ando con una resaca infernal. No era mi día para venir a un cibercafé, pero por ética me obligué a caer aquí: había ido ayer por la noche donde una amiga española y puse una sarta de tonterías en su última entrada (blog). Apenas me he logrado sostener de las yeguadas tan duras que puse ahí insultando a diestra y siniestra a toda España, pero lo peor fue mi lenguaje sucio y desbocado contra mi amiga y una novia platónica que quiero mucho.
No puedo opinar nada aquí: en este estado no puedo ni siquiera agradecer nada.
Abrazos,
Frank.
Amigo Poeta Toro:
Por estos lares siempre reconforta tu espíritu.
Abrazos,
Frank.
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