A Jorge Luis Pinto y sus muchachos,
por darnos La Vida gol a gol
LA Muerte no gana
partidos de futbol,
suele yacer ahí, aplastada
bajo el balón,
la Vida la impulsa
hacia el arco
y es su peor momento,
su máxima derrota
en el campo;
por eso La Muerte
le teme al futbol
y a los deportes nobles
donde muy pocas veces
logra hacerse de medallas
llevándose a un hijo nuestro.
La Muerte no gana
partidos de futbol
porque sus pies de hielo
se petrifican
en la grama,
y sus ojos de cristal
se quiebran
como todos los falsos sueños;
los botines de La Muerte
son de piedra
por eso difícilmente
nos hace un gol de lujo,
su único y admirado ser
es el referí de negro
escoltado por sus dos líneas:
cuando pita un penal alevoso,
entonces, como un pavo real
de fuego en el palco,
aplaude con repugnante fragor
vitoreando a los tres cuervos.
La Muerte no gana
partidos de futbol.
De niña, bajo la mansa lluvia
inglesa,
soñaba con lograr
grandes cosas en el futbol
aniquilando a todos
los jugadores,
derrumbando más a menudo
graderías colmadas de seres vitales
como niños,
y no se le termina de cumplir el
deseo:
rara vez en la cancha
es la vencedora
cuando por un inconcebible
golpe de suerte
le cae el balón entre sus manos
de sombra, logrando así ocultar
un instante la estrella
que nos alienta
o apagar por segundos los faros
de los estadios.
La Muerte prefiere
los deportes extremos:
el alpinismo, las carreras
de motores,
el paracaidismo,
el bungee jumping
y los grandes y largos
saltos en esquí…
LA Muerte no gana
partidos de futbol,
suele yacer ahí, aplastada
bajo el balón,
La Vida la impulsa
hacia el arco
y es su peor momento,
su máxima derrota
en el campo.
***
Martes,
08 de julio de 2014, montañas de Getsemaní de Heredia. Poema inédito de Frank Ruffino.
IMAGEN:
en la bella y fría campiña herediana, este mortal de espaldas mirando hacia el Valle
Central, el martes 08 de julio, cuando el avión de la aerolínea AVIANCA, que traía
de Brasil a la Selección de Futbol de Costa Rica, sobrevolaba victorioso varias
ciudades ticas. Ahí llevaba mi espejo (el que uso para afeitarme), y poco antes
hice señales a la nave por tan grande triunfo de la nación costarricense. Regresé
a mi cabaña y algo inspirado compuse el anterior texto.