LUNES Santo santo lunes
y el mundo va cambiando.
Dios: no creo en ti pero te nombro
porque me incrustaron,
desde la cuna hasta mis dieciséis,
la necedad de tu nombre.
Y desde entonces
sé que eres una manía
sé que eres una manía
de la muchedumbre ovina
apelotonada en la gramínea sintética
(tan falsa como tú)
que lo mismo pronto servirá
para el masacrado futbol vernáculo
y los estupendos conciertos
de rock and roll.
Este santo lunes Lunes Santo
la ostra de mi alma abre
y espera alguna diversión
con la cual lamer este hastío
y se le haga a uno
la cosa más propicia.
la cosa más propicia.
Dos días postrado de esta forma
mirando desde las persianas
a las robóticas ovejas
de la tonta voluntad
al ritmo de los zombis.
Lunes Santo santo lunes
y el mundo va cambiando:
hacia la costa felices los jóvenes
a los que no les deseo nada
porque tampoco lo haré
por estos viejos
por estos viejos
sembrados como guano
atentos a la representación última
de la sarta de horrores
que le hicieron a un hombre
elevado por estrictas
razones económicas
razones económicas
a la categoría de dios.
Lunes Santo santo lunes
y el mundo va cambiando.
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© Frank Ruffino, del texto inédito "El que trasciende" (San Joaquín de Flores, abril de 2005).