La vida no es sueño, es circo (Frank Ruffino)
Otro tipo de paraíso violento...
A Alexánder Obando, con amistad
Ha llegado el circo
y se ha instalado
en las afueras de la ciudad.
Dentro de esta carpa azul
(anuncian en el rótulo)
todo es posible, pero estos
niños descreídos
ya no son para
el circo, están aparte
del niño mío todavía
en espera de la magia
(levitar en el punto
más alto del arco iris
suele ser espectacular).
Tampoco sus enanos
son como antes:
alertados por la Red están
tristes por no alcanzar
la estatura reglamentaria
y les ronda siempre
el suicidio mientras
todos se desternillan
por ser tan excepcionales.
A los payasos,
por más pintura,
se les nota la pena:
negra, erizada,
llena de quejidos
verdes como el moho.
En el circo la selección
natural es aplastante:
el más fuerte, el más ágil...
Y a las extrañas criaturas
se les deja para la burla
y el asombro.
El hombre de los tres ojos
se fija en mí.
Operarse el remanente
sería su ruina,
mejor desde la urna cotempla
con más seguridad
esta realidad pervertida
y con su infortunio
hace rico al empresario
dueño de esta jungla
de excentricidades.
Prometen que el espectáculo
será a prueba de aburridos.
Apagan la luz
y aparece una luna
en cuarto menguante,
después se hace
la noche sola
e irrumpe una bestia
sin clasificación zoológica
que un gitano cazó
en los montes
yermos de Tenerife.
Es barbuda y pequeña
y por su suerte de boca
blasfema una feroz mujer.
Fabulan que comía azufre del Teide
y de vez en vez bajaba
al mar extasiándose porque
era lo que amaba.
Nadie creería que una bestia
así sea tan llorona,
pero es que la tienen toda
reducida a perpetuidad.
En este circo hay
intentos de tigre
con recuerdos de elefante
y vislumbres de oso.
Realmente todos son sombras!
Una mujer de dos metros diez
es la novedad esta temporada.
En la intimidad de la carpa
todos saben que el más
pequeño la frecuenta
con asombroso éxito.
(Porque dentro del circo
hay otro circo
que el espectador
ni siquiera intuye).
Y están corriendo
las apuestas:
unos aseguran
que los genes de este
amago de macho
prevalecerán,
otros se inclinan
por la giganta.
Son nueve meses para
que unos pocos acumulen
una pequeña fortuna
y habrá expectación
a ver cómo evoluciona
la nueva adquisición del circo.
Después, por uno u otro motivo,
seguirán corriendo las apuestas
en este extraño mundo nómada.
y se ha instalado
en las afueras de la ciudad.
Dentro de esta carpa azul
(anuncian en el rótulo)
todo es posible, pero estos
niños descreídos
ya no son para
el circo, están aparte
del niño mío todavía
en espera de la magia
(levitar en el punto
más alto del arco iris
suele ser espectacular).
Tampoco sus enanos
son como antes:
alertados por la Red están
tristes por no alcanzar
la estatura reglamentaria
y les ronda siempre
el suicidio mientras
todos se desternillan
por ser tan excepcionales.
A los payasos,
por más pintura,
se les nota la pena:
negra, erizada,
llena de quejidos
verdes como el moho.
En el circo la selección
natural es aplastante:
el más fuerte, el más ágil...
Y a las extrañas criaturas
se les deja para la burla
y el asombro.
El hombre de los tres ojos
se fija en mí.
Operarse el remanente
sería su ruina,
mejor desde la urna cotempla
con más seguridad
esta realidad pervertida
y con su infortunio
hace rico al empresario
dueño de esta jungla
de excentricidades.
Prometen que el espectáculo
será a prueba de aburridos.
Apagan la luz
y aparece una luna
en cuarto menguante,
después se hace
la noche sola
e irrumpe una bestia
sin clasificación zoológica
que un gitano cazó
en los montes
yermos de Tenerife.
Es barbuda y pequeña
y por su suerte de boca
blasfema una feroz mujer.
Fabulan que comía azufre del Teide
y de vez en vez bajaba
al mar extasiándose porque
era lo que amaba.
Nadie creería que una bestia
así sea tan llorona,
pero es que la tienen toda
reducida a perpetuidad.
En este circo hay
intentos de tigre
con recuerdos de elefante
y vislumbres de oso.
Realmente todos son sombras!
Una mujer de dos metros diez
es la novedad esta temporada.
En la intimidad de la carpa
todos saben que el más
pequeño la frecuenta
con asombroso éxito.
(Porque dentro del circo
hay otro circo
que el espectador
ni siquiera intuye).
Y están corriendo
las apuestas:
unos aseguran
que los genes de este
amago de macho
prevalecerán,
otros se inclinan
por la giganta.
Son nueve meses para
que unos pocos acumulen
una pequeña fortuna
y habrá expectación
a ver cómo evoluciona
la nueva adquisición del circo.
Después, por uno u otro motivo,
seguirán corriendo las apuestas
en este extraño mundo nómada.
****
© Del texto inédito "Náralit" (Poemas y antipoemas). Frank Ruffino, texto inédito, 2003.
Nota: este texto va aquí en su segunda edición a petición de una amiga que hasta ahora lo descubre, en ésta, mi bitácora electrónica de poesía. La primera edición fue en marzo de 2010 y cosechó muchas lecturas y varias decenas de comentaristas dejaron su impresión, en cuenta el dedicado, el escritor y poeta Alexánder Obando Bolaños.
"...en esta carpa azul...". Nuestro planeta Tierra. Frank: consigues una genial metáfora dentro de otra metáfora dentro de otra metáfora... Parece fácil tu "Circo en la ciudad", pero meditando hasta me he erizado los pelos de mis brazos y cuello pensando en la farsa que significa este mundo de los humanos donde todo tiene precio.
ResponderEliminarBesos,
Rossi.
Estimada Rossi:
ResponderEliminarYa me iba para mi casa cuando advertí este, el primero comentario.
No soy quién para interpretar mis propias palabras, ni siquiera debo sugerirlo. Mas captas de buena manera, lees entre líneas, y taladras las palabras.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
"(...) alertados por la Red están
ResponderEliminartristes por no alcanzar
la estatura reglamentaria
y les ronda siempre
el suicidio mientras
todos se desternillan
por ser tan excepcionales."
Esta frase me es muy acertada y elocuente, mi amigo poeta. Logra descifrar y exponer la dinámica prevaleciente en nuestra sociedad de consumo e inmediatez. Todos quieren ser algo, y sobresalir, no importa porque motivos o si estos son de calidad. Todos perversamente codiciosos de aceptación y exhibición, precisamente como un circo atroz y ridículo, donde todo es pasajero y no deja huella
..."Le cirque du grotesque."
Abrazos poeta.
Pero yo prefiero seguir soñando, Frank, los circos siempre me han deprimido, son decadentes y llenos de tristeza.
ResponderEliminarAyer, lo reconozco, asistí a uno y participé (hay que ganar la nómina que se paga tarde y en plazos)
Besos
Estimado amigo poeta Daniel:
ResponderEliminarAgradezco destaques esas líneas. También tu concienzudo comentario: no hay lugar para la duda: todos somos parte de ese grotesco circo de la vida, o bien del teatro de la vida: histrionismo puro, payasadas, pericia en la cuerda floja, temeridad ante las fieras... Soy todo eso: imprudente domador de fieras, suicida equilibrista sin red de protección, payaso llorón que a nadie causa felicidad o provoca carcajadas en el público, animador gritón y chillón, intimidante fenómeno recluido en una jaula al que todos tirán pedacitos de carne para verme en acción, pero que jamás mordería la mano de un niño, mujer o anciano...
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstimadísima y querida Poeta Ananda Nilayán (Verónica):
ResponderEliminarJolines, rejolines y recontrajolines! Fuiste a un circo ayer, participaste en algún número...? Jajajaja! Amiga mía: qué coincidencia más atroz. Mas sabes ya estamos todos bajo esta carpa azul, nuestro mundo circense como el que más. Seguro alguna civilización observante, archi inteligente y anónima, por motivos obvios, se desternilla de la risa viendo la tragicomedia humana. Terrible: si estás corta de nómina o paga, ven a Costa Rica. Aquí hay más trabajo y posibilidades de surgir económicamente. Es un "circo" más propicio que el "circo" español, aunque sea español, me decanto por lo mejor de mis dos nacionalidades amadas.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
Estimado poeta (antipoeta) Ruffino, Frank.
ResponderEliminarLos circos son todo un mundo, una pequeña realidad, o una extensa realidad junta bajo una misma carpa que refleja lo que somos como sociedad prejuiciada e injusta con los demás, no solo el trato humano sino el animal. Ahora hay más regulación de esas grandes jaulas de humanos-con niños incluidos- que quieren venir al país; sin embargo seguimos teniendo nuestro propio circo urbano de indigentes, jóvenes drogadictos, niños pidiendo en los semáforos etc., alimentándose de las miradas indiferentes,curiosas, y malintencionadas de los espectadores. La entrada es gratuita.
El circo es un mundo de sueños, pero soñado en realidad ajena.
Es un muy bonito texto, me despierta la imaginación.
PD. Sigue 'escarbando' textos para poder leerlos.
ABRAZOS (fraternos)!!
Jessí:
ResponderEliminarA tu correo con estas palabras te respondo y las comparto con mis lectores por el valor de la anécdota literaria y pasional, muy curiosa por cierto:
Jessi dice:
"Anduve en la mañana en la Librería LIBRO AZUL, no hallé ninguno de poesía de Charpentier, pero si de Ruffino.
Jajajajja, hallé 'Diablos alucinados'
Habían dos libros, me pareció curioso que uno decía en la contraportada: 'Para Flor "X" "X", de su imposible por ahora: 25/5/03".
(Por motivos obvios me reservo los apellidos de esa mujer)
Frank dice en respuesta del correo de Jessi:
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh, hace tiempo no recordaba a esa infausta mujer. En 2003 la conocí en La Embajada, estaba casada y se enamoró de mí. Era necia, lunática, obsesiva... Un día la rechacé en Bar La Vasconia, salí del establecimiento. Al hacer señas a un taxí me pegó un puñetazo en la cara, luego ya en el vehículo le mandó una patada a un foco delantero quebrándolo y se apeó el "bumper". Al alejarme a todo tren daba gritos diciendo que se iba a echar gasolina y prender fuego. Tiempo después me mandó a decir que iba a pagar a alguien para enfriarme. Escucha, esto solo porque un día borracho le di unos besos. Nada más! Sí, le dediqué ese libro pero con sinceridad. De esa mujer nunca supe más nada. Seguro se suicidó. Quién sabe! Ahora lo sorprendente es que hayas dado con ese ejemplar en una ciudad como San José y casi una década después.
Abrazos,
Frank.
P.D. Ese libro fue mi primero, pero al día de hoy no lo volvería a publicar. Esos cuatro poemarios embutidos en un libro, 93 poemas en total, lo escribí en un solo día estando de resaca, con los pelos parados, tembloroso y echando espuma por la boca. Jajajajaja!
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
Amigo Frank, poeta en el borde de la Mesoamérica doliente y altiva. ¿Que podría yo argüir respecto a tu completa y esmerada respuesta? A veces el silencio es más evocador que las palabras, y no necesariamente para traer a colación indiferencia y cuestiones negativas. Leyendo tu contestación y la hecha a otros compañeros aquí recordé una canción de una banda mexicana, que se refería a este circo de pobreza, marginalidad, miseria, insensibilidad, desinterés y decadencia que es nuestro mundo, y sobre todo, la realidad más urbana, e irónicamente, menos humana a pesar de la aglomeración caótica de nuestra especie.
ResponderEliminarTe facilito la "pieza" de inmediato: http://dai.ly/b1Wb1d
Abrazos desde el cono sur!
Nota: Te invito ser un miembro de mi blog, para que estés al tanto de las actualizaciones y bueno...para sentirte más parte de esa pequeña estancia que me he construido en este gran circo virtual que es también internet.
Estimadísimo Poeta Daniel Quirós-Cruz:
ResponderEliminarMuy bienvenidas tus certeras palabras.
Con gran agrado voy a ponerme de seguidor en tu espacio para ya continuar en este positivo y benévolo intercambio que, a pesar de la distancia grande, no tiene barreras por este medio, claro: también otro circo que reúne lo mejor y lo peor de la especie.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
Poeta y amigo Frank!
ResponderEliminarPuesto que respondiste mi anterior comentario en mi blog decidí responderte allí con mucho más énfasis y dedicación. Es tarde acá, y me pesan los párpados pero no quería irme sin retribuirte el que tomés parte de tu valioso tiempo en visitar el "zenit onírico" de este servidor y formar parte de esa fauna que somos yo y mis amigos.
Que mis mejores energías dirigidas hacia la tierra "del árbol de orejas" pasen primero por tu casa y te saluden.
Un gran abrazo sureño,
Daniel