En la imagen: con mi amiga, la gran cantante Chavela Vargas en su antigua casa de San Joaquín de Flores, en 2002. Esta es la contraportada de mi primer libro de poemas: "Diablos alucinados", obra de cuatro textos independientes, uno de ellos es un desdoblamiento,como si Chavela cantara esos versos, "",
En estación lluviosa mi gruta hace agua.
Son días en que también
caen las promesas.
A uno siempre le hicieron
el alma sin mucho esmero:
tal vez dejaron la cabeza
de un clavo asomando
o imbricaron mal las tejas...
que están corridas. Y nos entra
aguanieve de pena, mientras
otros escancian champaña
en sus baños romanos,
a lo mejor con la esposa
de su gran amigo. Almas traidoras.
Dichosos ellos tan hipócritas.
Pero me apenan.
Me llueve una tonelada, me fulmina
una estrella,
me coge un cuervo,
me lastima su belleza...
Vinieron a convencerme
en plena estación de agua:
que si voto de nuevo, a lo mejor...
que si voto de nuevo, a lo mejor...
También me apenan
estos engendros
de la gran ramera.
No quieren asimilar
que todo tiene un límite
y que mi pancarta
reza escepticismo.
Que reza en verde sólo
con la vida,
que reza en rojo
ya nada aspiro,
que reza en amarillo
me tienen sin cuidado
los hijos de la chingada grande,
como suele decir
mi amiga, La Vargas.
Que reza en gris
uno nace triste,
que reza en azul
somos todos historias
más o menos engañosas,
que reza en arco iris
ustedes periodistas
son unas almas retorcidas,
para terror:
nunca he visto un balazo.
Y yo, que he andado
de aguardiente vaquerita.
Señores míos.
***
© "En estación lluviosa mi gruta hace agua" Antipoemas, 2005.