martes, 28 de septiembre de 2010

© Delirium tremens



Sin descender el ángel al presentirlos.
Tuvo miedo el ángel de sus delirios
y por ser consagrado en la materia.

El ángel apenas asomó el ala tras
el naranjo y viajó por la raíz a su mundo,
dentro de todo. Caí de tristeza
y reproché a la botella
que resquebrajó su cuello
y salió decapitada de la mesa.

Intuí a ella, en el ruido
de vidrios algo dijo Carmen,  
algo no humano dijo Carmen
y mis huesos se helaron de espanto,
yo, solo en mi mesa
frente a frutas muertas
y ahora con el vaso vacío
de cualquier manera
mi agujero negro.

Una presencia junta los filos
y veo sangre salir del aire
a ras del suelo,
“cuidado”,  le digo… “cuidado
porque si son tus manos sangran!”.

Entonces la noté incorporarse
con un llanto quedo
por donde seguro era su boca;
sus ojos azules cobraron vida como chispas,
nada más medio segundo
fue la divina mirada del ángel,
al cerrarlos ya nada había
y extrañamente era otra vez la botella,
intacta, restituida, sobre mi mesa.

****

© Delirium tremens, del texto inédito: “Náralit”, poemas y antipoemas, 26/09/2010.

lunes, 27 de septiembre de 2010

© Impotencia



a Verónica

Nubes y frío.
Yerba verde en la lejanía
y en ella puntitos blancos
y negros de genuinas vacas sagradas
que al rato cambian de posición:
paz es la de ellas!
Lentas, mascan el alimento
y cada cierto tiempo mansamente
se dirigen a la pila,
y vuelven a su elemento, el prado,
transcurriendo bajo la lluvia
hasta algún día que no echen nada,

entonces vendrá el hombre malo
y en vez de homenaje sacará sus cuchillos
y su carne será engullida
por medio pueblo,
como si no les hubiera
bastado la santa leche,
el queso, la cuajada, la natilla…

Habrá justicia, la habrá algún día,
mas por ahora lo primitivo gobierna
y todo se devora sin contemplaciones.

En el solar extiendo mi alma
de negro ángel
bajo el aguacero,
hago un minuto de silencio
por las pobres y todos los sufridos
y pido al rayo destruirme,
pero impactan lejos
y no les resulto atractivo
con tantos picos en derredor.

Insisto: cara al cielo 
me derrumbo sobre la hierba
y elevo una plegaria a las nubes negras
pidiendo la fulminación de mi ser,
aún así nada hace caso
desde el aire;
aúllo atrozmente
y espanto a las aves.

Así quedo por el resto de la tarde
como petrificado con grito
y las aves estáticas en su vuelo,
detenida la Creación por horas.

Solo los puntitos negros y blancos
tienen el poder de seguir como de costumbre.

***
© "Náralit", poemas y antipoemas, 26/09/2010.

viernes, 24 de septiembre de 2010

© 10 textos del poemario "Retablo animalesco" (Bohemia josefina)

 
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Pie de "foto" uno:  Obra de Efraín Méndez.

Un día de 2003 me encontraba con mis amigos de juerga, los poetas Alberto Fonseca, Efraín Méndez, Agustín Trigales y Leonardo Bado, estábamos en el bar La embajada, en San José, centro (la cantina más grande de San José, propiedad de mi amigo español Alfonso Pereira). Ahí sentados en el bar, de izquierda a derecha, este servidor, Efraín Méndez (también pintor extraordinario), Alberto Fonseca, Agustín Trigales y Leonardo Bado. Frente a nosotros, un espejo largo y ancho donde nos reflejábamos los cuatro primeros, pues a Bado lo tapaban unas botellas de licor del estante junto al espejo. Les dije a ellos: "Joder: esto es un retablo animalesco, refiriéndome a la patética imagen de bohemios que proyectábamos en el espejo. Retablo animalesco, ya está!", y empecé ahí mismo a escribir, al tanto que el gran pintor Efraín Méndez hacía un boceto de estas bizarras figuras. El texto es de 40 poemas inéditos, les presento aquí 10 de ellos (el texto original se componía de 35 poemas, pero le agregué algunos más en años posteriores). En igual sentido en esta obra de arte (que ahora no recuerdo la técnica que Méndez empleo días después de esta ocasión) aparezco yo a como el ojo de Efraín me captó: difuminado, apenas perceptible al espectador como que estampó mi aullido de ebrio, le sigue el propio pintor, Alberto, Agustín y Leo, pues por lo ya expuesto, no aparece.


Pie de foto dos:


En la casa de mis amigos, el matrimonio formado por Jorge Arturo Barrantes y María del Rocío Quesada. En el orden usual: el pintor y poeta Efraín Méndez, este servidor y Jorge Arturo, hace la foto su esposa, María del Rocío (2003).


PIe de foto tres:


El pintor Efraín Méndez en casa de unos amigos de bohemia, mientras tomábamos vino y leíamos poemas de este servidor. Este artista de carrera es el llamado a ser el gran pintor de Costa Rica, apenas cuenta con 28 ó 29 años y ya tiene una obra de renombre en el país. Su página: www.efrainmendez.com


(1)

DARWIN Y EL CONTROL DE ESPECIES

Explica el guía turístico 
que por ser plaga en el país 
se permite la cacería 
de algunas clases de pájaros, 
jabalíes y otras especies 
de Costa Rica 
en los meses dispuestos 
para este deporte 
que redunda en un sano 
equilibrio ecológico 
de control de indeseadas poblaciones 
y en la entrada de divisas 
que aporta la tribu de extranjeros 
a la economía de la nación.
Esa noche sueño en un hotel de San José 
con unos ociosos alienígenas 
de cacería por la Tierra 
tratando de reducir 
la población mundial a unos sanos  
mil millones de homo sapiens, 
el equilibrio justo y sostenible 
según sus cálculos demográficos.

(2)

AGUA  FIESTAS (DETALLE CRUCIAL)

Bebía yo en un bar josefino 
precisamente el día 
en que moría Charlton Heston.

Así lo decían las noticias internacionales 
y nadie siquiera reparaba en el aparato  
porque un señor adivino era el alma del bar  
prometiendo, por unos pocos colones, 
arreglar la vida a todos con sus ajadas cartas, 
cuando dije las palabras mágicas 
a través de un improvisado megáfono 
hecho con el diario:

Señor adivino:  
¿verdad que usted nunca atina el gordo?

(3)

SER PABLO ESCOBAR NO PAGA EL CRIMEN

Los aviones fáciles, 
las modelos también,  
los helicópteros igual, 
edificios similares, 
ciudades, pueblos, 
país personalizado, 
reinando sobre todo lo corruptible 
mientras el tío Samuel 
solo pelotas mostraba...

Y a más de una década 
después de ser masacrado, 
en su Hacienda Nápoles 
retozan en laguna de lujo 
de aguas siempre eternas 
12 hipopótamos del Serengetti 
ajenos a la ambición 
de los antiguos carteles. 


(4)


FALSA IDENTIDAD

Me creo lobo con luna llena en cada ojo, 
a veces un vampiro 
y sin más opción en el menú salgo a chupar.

Mas de todos mis monstruos 
ocultos a simple vista  
me gusta el poeta que llevo dentro.

(5)

NOCHE DE LOS SUEÑOS DISÍMILES

 
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La monótona voz de Neruda  
leyendo sus poemas me arrulla.
Pierdo la vigilia entre el Poema 15 y 20, 
pero Neftalí Ricardo sigue declamando  
en la oscuridad del cuarto.
Sueño verdades a medias: 

a

A José León le dieron  
el Nobel de Literatura 
mientras Albán monta 
una rabieta amenazando 
más versículos.

b

Fidel Castro esconde  
un clon de sí mismo bajo la manga.

c

Unos señores en el bar preparan los últimos  
detalles para arrasar al mundo 
pero por fortuna les falta  
la parte más importante: ¿cómo?

d

Seis poetisas cargan  
mi ataúd hacia el zoo, 
pues, como les vengo sugiriendo,  
deseo reencarnar 
en un ser menos salvaje.

e

Han pasado millones de años  
y ahora Andrómeda 
aparece en la noche terrestre
como una inmensa vertical pupila 
de gato amenazante:  
apenas le faltan dos mil años 
para iniciar la pelea cósmica 
de los pesos pesados.

f

Jesús tomó un agujero de gusano 
súper masivo  
y vino al bar Limón 
a embriagarse conmigo: 
propuso llevarme a su tiempo 
como el apóstol número 13, 
pero en la mañana 
me aclaró las cosas: 
“Uno así apuesta hasta la mujer”. 
Nos despedimos quedando como amigos.


(6)


SEMBLANZA DEL POETA 
CARLOS MARTÍNEZ RIVAS 
(Bar La tómbola, 1973)

Apunta mi buen amigo, 
el poeta Alberto Fonseca, 
que Carlitos Martínez Rivas  
iba por regla en estado deplorable:  
descamisado, tembloroso,  
siempre como recién salido de un susto; 
peregrinando en San José de Costa Rica 
por los chinchorros de Calle 12,  
entre mujeres empollando pesadillas  
en el piso húmedo de escupitajos y orín 
y chicheros repugnantes mendigando  
ferozmente un trago  
para mitigar la resaca interminable.

Porque si alguien no parecía poeta 
(hay tipos disfrazados de poetas)  
ese era Carlitos,  
por fuera un indigente,  
por dentro,  
un sin fin de palabras mayores. 

Vivió como le apetecía: 
hecho una desgracia.  
Un genio de la botella 
hasta la sepultura.  

(7)

 
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POR UN PELITO...
La amplia grupera sin cielo raso 
y el ambiente que hierve, 
un ruido constante  de acomodo de botellas,  
y esos energúmenos  en el salón de bailables 
me confirman que estuvimos  
a 1% de quedarnos en chimpancés.          

(8)  
           
FRENTE AL EDIFICIO CENTRAL  DE CORREOS Y TELÉGRAFOS    
   
El transeúnte sin oponer  
resistencia a los repartidores  
de publicidad atacando  
como cocodrilos 
a la multitud humana; 
un tipo estrena  
su divisa de cristiano 
y obvia a las beldades ticas.
A dos brazos de mí podría  
fusilar a la paloma tuerta  
de este lado sin que advierta  
la sombra siniestra 
(la despedida instantánea  
que uno ha deseado 
debería venderse  
en simple goma de mascar).
Y poetas pasando como dioses 
se delatan por la indumentaria  
y dos o tres tics aprendidos.
A mí nada me delata, 
como ese ángel  que hace de paloma tuerta.         

(9)    
        
FUGARSE DE ESTE ENTORNO  
 
Hoy tendré amor propio:  llevaré conmigo  
mi móvil hasta una plaza  
y lo crucificaré consignando  en el mástil la leyenda  
Rey de los locos   
Uno desea tanto la paz,  
transcurrir en una cabaña 
meditando que uno  es lago tranquilo  
aunque a cada paso  los otros me recuerden  
que mi lugar natural  en este mundo  
es en medio de la polución y las pirañas.  
Yo sé que todos  mis esfuerzos constituyen  
el más grande reto,  porque es cosa  
realmente de valientes  
salirse de este cuadro  
donde a uno lo han incluido  
como una bestia  más de la costumbre.           
   
(10)    
   
REDUCTORES DEL ALMA  
   
Aquí los dueños del país  no cumplen sus peticiones  mientras ella languidece  
por causas tropicales 
y porque la nostalgia  
en esta parte del mundo  
por los colores de los pueblos y ciudades 
es más venenosa que en otras latitudes: 
unos versos con hongos claroscuros, 
el musgo siempreverde 
en las paredes pensativas del alma, 
la piel suave del sentir 
horadada por legiones de picones 
cuyo objetivo es desgastar  la generosa memoria, 
que una vez chupada y relamida 
sea la mujer nuestra 
una máscara tan fija como la suma 
que el banco nos recuerda le adeudamos.
Y aunque puedan honrar la liberación 
no cumplen las peticiones de ellos 
porque en el abismo de sus almas 
usureras la desean muerta, 
en definitiva muerta  y así lavarse las manos del crimen, 
pero aunque la torturen 
y muelan hasta lo más fino, 
surgirá como una semilla potente  
su voz en otras almas 
y habrá sido todo en vano, 
el propósito de ellos 
de darle muerte a la poesía.  
 
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***
© Del texto inédito de Frank Ruffino: "Retablo animalesco" , 2003.

lunes, 20 de septiembre de 2010

© Ella y su perro


Usted no quiere a su perro,
señorita, se le nota.


Lo dejó afuera de su casa

y el pobre pasó toda la mañana

mirando por donde usted

regresa en las tardes.


Bien pudo usted sufrir

un percance y no volver.

Eso intuye su perro

que parece de caza

y aúlla el pobre como un condenado.

Ya no lo quiere.


Seguramente pensará

que él terminará por perderse.

Qué salida más fácil:

dejar las cosas

para que se pierdan solas!


Ahora, mirando esta escena,

comprendo a los suicidas.


Usted no quiere a su perro,

señorita, se le nota.

Cometió el fatal error de hacerse

de uno perdiguero.


Usted necesita un perrito

frío de apartamento que no la espere

ni mire por donde usted regresa

todos los días.

Tal vez de cerámica o de bronce.

Exactamente: usted, señorita,

necesita un perro a su medida

que también la deje sola

como perra en abandono:

sin amo, sin caricias. Esperando…


Usted no quiere a su perro,

señorita, se le nota por como conduce.

La gente así suele accidentarse toda;

no sé si en la carretera,

pero sí en esta vida sorpresiva.

Y su perro aúlla desdichado.

No se va, no se va,

pero sabemos que terminará por irse

cuando comprenda el no te quiero

y ya nadie va a esperar a usted.


***
© "Ella y su perro", Inédito. San Joaquín de Flores, 2003.