domingo, 6 de diciembre de 2009
TARDE DE ESCALAS Y RECUENTOS
a la poetisa Marian Raméntol Serratosa
Las hojas dispersas con poemas
de todos los tamaños.
Solo escucho el reloj,
y aunque no parezca, el silencio
de las otras cosas es atronador.
Cada cierto tiempo mi músculo rey
produce arritmias etílicas. Un aroma
de carne asada invade el barrio
y ante este primitivo estímulo
mi estómago lanza un aullido lastimero.
Desde la contraportada del libro
el poeta me mira como si el retratado
fuera yo. Es del otro bando: el whisky
y los cigarrillos lo despacharon
mucho antes de este mundo.
¿Diez años menos? Cosa insignificante
para él a quien le importaba un pito
el tiempo y los relojes.
Ahora estoy solo en mi vida,
aunque los lloriqueos del pequeño Octavio
me sobresaltan cada cierto tiempo
a pesar de estar a cuarenta kilómetros
de mi cuerpo. Ese es el costo,
todo lo demás es ganancia: nuevamente
la paz entra en mí y el ave de la poesía
comienza a aletear, a rehabilitarse
tras cuatro años de tullida en un rincón
de la casa. Dejo un momento el escritorio
y voy hacia la heladera, unos metros
más allá de mi habitación, y saco
otra botella. Este recorrido
lo he hecho seis o siete veces
desde las dos de la tarde y ya son
las once de la noche. Ya no quedan
más botellas llenas; asumo en mi
obnubilada cabeza, y lo lamento,
que no haré más este glorioso periplo:
tras el último trago me echaré en la cama,
pondré la mente en blanco y sucumbiré al sueño.
Por ahora sigo encendido como una vieja
radio que ya nadie logra descifrar.
Los latidos del reloj suplantan
a los de mi corazón:
creo estar infartándome
pero esta noble máquina
de cuarenta y cuatro años
empieza a estornudar.
Si cayera muerto sobre mis poemas
bien podrían interpretarlos
como las cartas de un suicida.
Ya en la cama hago recuento
de los clavos del techo.
Y antes de capitular mi vigilia
logro completar cuatro pensamientos:
si Júpiter fuera una naranja
la Tierra aparecería junto a él como la retina de mi ojo;
y si el Sol un balón de futbol
Júpiter simple canica;
mas el Sol al lado de Antares es este .
Y yo a la par de todo
el hombre invisible.
*****************
(Tilarán, seis de diciembre de 2009).
Siempre es bello ser un expectador de lo que nos rodea y afirmar que la poesía está ahí y algunas veces tener la osadía de escribirla, tal y como lo hiciste aquí Fran...
ResponderEliminarSaludos,
Juan Carlos
Amigo poeta Juan Carlos:
ResponderEliminarEstamos quemándonos a nosotros mismos con tal de dar algo en poesía aunque sea novedoso. Este poema es autorretrato, como lo son todos los que escribo (o retratos del entorno). Allá cada quien juzgue si son malos o buenos, mas sí CERTEZAS en la vida de un hombre.
Saludos poeta y a seguir disparando al blanco aunque no siempre demos en él.
Frank
Muy bueno, Frank, los últimos versos son de veras bellos.
ResponderEliminarEste poema autorretrato es a la vez una imagen decadente pero tierna de sí msimo.
Saludos.
Es la única imagen real que puedo dar, aunque sea decadente (todo lo que escribo es un reflejo de mis circunstancias y del mundo decadente que nos toca, y a la vez muchos seres humanos de hoy en día así perciben esta realidad tejida por las grandes corporaciones. Hay un desencanto en un mundo que le ha dado la espalda a la poesía y a otros altos valores humanos, y que va en pos del consumismo que convierte a la persona en una unidad anulada, insensible y salvaje). Si escribiera otras cosas sin ser ellas fieles a mi estado de ánimo y forma de ser, o que no me han sucedido, a lo mejor me hago un cuento en donde la ficción y la fantasía van de par en par.
ResponderEliminarPero bueno: entiendo tu fina sensibilidad y has dado en el clavo.
Un abrazo, Frank
Agradecida por esa dedicatoria Frank, de veras, no hay mejor regalo que un poema. ¿puedo copiarlo en el lateral de mi bitácora, junto al resto de poemas que me han regalado? sería un honor para mí pero por supuesto sólo lo haré con tu previa autorización.
ResponderEliminarUn abrazo
Por supuesto Marian: un honor que guardes estas humildes líneas dedicadas a ti.
ResponderEliminarUn abrazo,
Frank Ruffino.
Frank, en cada poema tuyo dejas una fotografía del instante que respiras y que te rodea.
ResponderEliminarMe gustan tus letras por su autenticidad, porque jamás buscan decir lo politicamente correcto.
Mi admiración contigo poeta.
Un abrazo desde mi Chile hasta tus letras.
Cecy
Cecy: También siempre es bueno tener tu opinión sincera.
ResponderEliminarOtro abrazo desde mi Costa Rica para ti.
Frank.
P.D. Ayer casualmente pensaba qué te habías hecho. Aquí son la 1:15am Me daré por la mañana de hoy martes una visita por tu blog.
Wow sin palabras esta muy hermoso* todo lo q compartes en tu lindo blog! tus escritos maravillosos* los he disfrutado mucho* quiero agradecerte tu visita y creeme deseo lo mismo para ti* q estes super bien y q disfrutes de esteas fiestas con tu familia* cuidate mucho un beso y un abrazo hasta muy pronto.
ResponderEliminarGracias Susy por dejar tu diáfana energía por este rinconcito de la bloguesfera.
ResponderEliminarUn abrazo,
Frank.
Frank, tu poema muy bello y refleja tu alma.
ResponderEliminarMis mejores deseos de felicidad para ti y tu familia, en estas fiestas y siempre.
Unámonos todos los poetas en el deseo de que,
la poesía gane terreno por este mundo decadente. En mi blog está mi felicitación poética.
Saludos. María
Vine a agradecer tu paso por mi blog y me he quedado sorprendida con tu poema, es muy bueno, yo no entiendo mucho de poesía, pero sé cuando algo me gusta. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Felisa por tus palabras. Es un honor para mí pases por mi blog.
ResponderEliminarEstamos en contacto,
Un abrazo,
Frank
Estimada María Bote: el deseo también es mío para ti y tu familia. Y sí: nada mejor que estar unidos por la poesía siempre, y con mucha más razón en estas fiestas.
ResponderEliminarSaludos,
Frank