a MarianGardi, con Amistad
Salgo a la noche y sin emoción miro
espectrales cuerpos inalcanzables.
Ella deshace mis palabras hasta convertirlas
en susurros de muerto, jirones de deseo.
Sólo un trago de chirrite es milagroso
en estos extraños trances de mi hastío,
y hoy en el bar las miradas no son suicidas ni asesinas
únicamente reptan por los cuerpos bonitos.
Igual que algunas viejas ilusas de este salón,
la luna es otra fraudulenta
retocada por iluminaciones. No es más que eso.
Y todos entes vertiginosos hijos de un azar cósmico.
En tal lucidez tétrica mi consciencia me nombra
dignatario inútil de un reino en ruinas.
© “Intentos de nirvana”, texto inédito, 24 de enero de 2011.